Si vas a dudar de algo, que sea de tus límites

Hoy tengo el placer de traer un post del invitado Alejandro Vera de Grulla psicología y nutrición. Al final os dejo más información sobre él. Disfrutar este artículo tanto como lo he hecho yo, y sobre todo reflexionar, ¿cuántas veces desconocemos el para qué de los obstáculos que nos encontramos y pensamos que no podemos hacer nada con ellos?

Si vas a dudar de algo, que sea de tus límites

Cuántas veces un no puedo ha marcado la distancia entre cómo estamos y cómo queremos estar. Mi nombre es Alejandro Vera, soy psicólogo y nutricionista, y hoy te voy a hablar sobre cómo las personas nos autolimitamos sin darnos cuenta.

¿Puedo con todo?

El asunto de superar los propios límites es un tema ante el que siempre he sido un poco reacio. No congenio muy bien con el Mister Wonderful y no creo en aquello de qué con esfuerzo todo se consigue. Los límites son reales y las personas debemos también, simplemente, no poder con todo.

Sin embargo, esta semana en consulta me he encontrado el caso de una persona donde vi claramente que sus límites estaban distorsionados y quiero compartirlo contigo, por si su historia también te puede ayudar.

La historia de Laura

Laura, evidentemente, es un nombre inventado. Laura viene a mí consulta desde hace unos meses.

En principio, ella acudía por motivos de ansiedad y estrés, ya que había sufrido una fuerte erupción psicosomática en la piel. Su médico de cabecera le había recomendado buscar otro tipo de soluciones.

Aquello, pudimos poco a poco ir resolviéndolo, pero como suele ocurrir en terapia, según tratas algunos temas, van apareciendo otros.

Laura es una persona que de un tiempo a esta parte, se encontraba implicada en muchos proyectos laborales y también voluntarios. Razón por la cual sufría de estrés: “no voy a llegar”.

Cuando le pregunté en qué ocupaba su tiempo antes de llenar su vida de trabajo y quehaceres, me explicó que tenía muchos hobbies que había ido abandonando progresivamente. La mayoría de ellos, eran deportes de cierto riesgo como pueden ser la escalada, el buceo u otros. Además, practicaba cross fit y montaba en bici.

Todo ello lo había abandonado y le pregunté por qué, ya que era evidente que eran sus pasiones. Me explicó que había tenido una relación de pareja, con la que practicaba todos estos deportes y qué, en resumidas cuentas, le había hecho perder las ganas practicarlos.

Su pareja era un maltratador psicológico que criticaba y menospreciaba todo lo que hacía. Por ejemplo, si ella decía que se iba con su grupo de escalada, él, le llenaba de miedos e inseguridades. La motivación que podía tener él, seguramente sea algo que no se te escape: anularla, aislarla, etc.

Sin embargo, esto fue generando en ella desconfianza sobre sí misma y sus capacidades.

Por suerte, aquella relación se acabó. No obstante, Laura había dejado de practicar todo aquello que le gustaba y ahora, para mantenerse ocupada, trabajaba más horas de las que recomendaría a cualquiera.

Las distorsiones cognitivas

Como bien sabemos, la manipulación emocional y el maltrato tratan precisamente de esto, de anular la autoestima y la propia percepción de autonomía de la persona. Aunque Laura había conseguido separarse de él, su legado seguía vivo.

Cuando yo le planteé la posibilidad de retomar sus aficiones, ella se ilusionó mucho. Entonces le pedí que para la siguiente sesión, buscase un hueco en su apretada vida para pensar en qué le gustaría recuperar.

Cuando la volví a ver, la última sesión antes de este artículo, ella me comentó que había tenido una sensación muy ambigua. Por un lado, sentía ilusión por todo aquello, pero otro lado, le daba mucha pereza volver.

Yo le expliqué que no le iba a forzar a nada, pero que íbamos a explorar juntos el sentimiento de pereza. Entonces le pregunté por las imágenes que le venían a la cabeza cuando pensaba y se imaginaba volviendo a la práctica de sus deportes favoritos.

Todas sus representaciones mentales eran de situaciones difíciles de resolver, donde iba a ser una carga para los demás (en ese tipo de deportes normalmente llevas compañeros/as), no iba a estar a la altura y en general, donde ella no disfrutaba.

Esto es lo que su mente le traía de manera automática y que hacía que, ante esa expectativa, le diese mucha pereza tener que pasar por todo aquello otra vez. Entonces le pedí que hiciese un ejercicio de previsión real:

“Eso es lo que tu mente te trae, ahora, trata de imaginarte lo que objetivamente crees que va a pasar”.

Tratando de hacer un ejercicio de previsión real, ella reconoció que efectivamente sí que sabía lo que hacía y que lo más seguro, es que, si en algo había perdido práctica, tampoco estaba tan verde como para ser una molestia.

Pensó en recuerdos del pasado y recordaba que por lo general la gente era amable y servicial y que además, no se le daba tan mal.

Le expliqué que eso que había hecho su mente se llama distorsión cognitiva. Las distorsiones cognitivas son pensamientos, en este caso imágenes, que nuestra mente construye en base a nuestras emociones. Es decir, son irracionales.

Si han minado mi autoestima, si me siento insegura, entonces pensaré desde ese estado emocional. Sin embargo, esto no quiere decir que sea la realidad.

La realidad, en este caso, no existe. Es un futuro incierto, sin embargo, si que podemos hacer predicciones.

Corregir el pensamiento

Cómo te puedes imaginar, no se trata de decir que podemos con todo y que no hay límites, si no de adecuar nuestro pensamiento a la realidad. Muchas veces y de manera inconsciente, nos auto atribuimos incapacidades o consecuencias catastróficas que no son reales, simplemente, es nuestra inseguridad, miedo o negatividad abriéndose paso.

No pasa absolutamente nada por tener inseguridades. De lo que se trata es de que no nos gobiernen. Mejor dicho, que no gobiernen nuestra mente.

 


Mi nombre es Alejandro Vera, soy psicólogo y nutricionista. Me gradué en la UCM en el 2014 y desde entonces me dedico a tratar de ayudar a otras personas. Puedes saber más de mí en Grulla psicología y nutrición. También puedes seguirme Instagram.

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Beatriz Blasco

Beatriz Blasco

Mentora de negocios conscientes y con alma. Creadora del método Productividad Consciente. Ayudo a emprendedores y profesionales a elevar su productividad y su negocio para que generen riqueza, vivan una vida con impacto y alineada con su esencia. Todo ello a través del cambio de mentalidad y la aplicación de estrategias prácticas.

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